Arañasos de Hipoglos

Me pican las venas, y me araño como queriendo arañarte el cuerpo
rascarte las eridas, comerte las entrañas
besarte los parpados azules hasta sangrar, verte caer
relamerte la sangre, que me escurra por la lengua, asi perecer.
y es que te amo, y aveces te odio... y no te necesito, cuanto te necesito!

Puta

El rimel fluye a ríos alborotados,
dando saltos entre borbotones oscuros.
Mientras me hallo arrancándome a regañadientes los botones,
despojándome de las ropas y las ganas de fuego ingrato.
Gimiendo en la profundidad de otros oídos
y así despejar las ganas terribles de encontrarte bajo este mismo cielo.

¿Saltemos?

La pieza me huele a pintura

y las calacas de las zapatillas pareciera se ríen a carcajadas.

Escupo puercos como si fueran mariposas 

y los pájaros del pecho arden, se retuercen y sangran

(al parecer están hartos de mi)

y se me van, se van canturriando salmos, posando sus cuerpos diminutos sobre los olmos...

Que ganas de Rasguñar tu espalda!

Ríete, mira y ríete... y vomita, escupamos juntos hacia el cielo marchito

esperemos que nos caiga la baba espesa como lluvia ácida sobre la cara,

relamernos en su dulzura con el pecho henchido y los ojos hinchados.

Caminemos bajo la luna como ciegos, hacia el fin de esta tierra plana

caigamos una y mil veces en su abismo...

te lo digo, lo haría mil veces, si caes conmigo.

Señor F.

Caminando en círculos noctambulos, saltando entre siglos, alterando el tiempo
buscando correr, escapar de esto, incorrecto y poco cierto.
Casi cayendo en platonidades, en desvarios juveniles e insaciables
callando, mordiéndome los labios que sangran. La sangre fluye, las rodillas me tiemblan.
Tengo algo que confesar...
He estado pesando en usted.

Araucania

Lamento bajo las Araucas,
la Luna llena en el cielo, y la mirada perdida,
voces agenas a lo lejos, me llaman
"¿Por qué no cantas? escucha, pon atención...
el el Silencio.
No dejes que el cuerpo te lo lleve el mar".