paloma, no dejes que el te hiera
porque cada palabra suya es como una daga.
El cubre con caricias lo que su mano mancha, se marcha y tu en silencio sangras
a escondidas danzas, vuelves a la vida, a susurros azules sanas.
El vuelve, y tus miedos vuelven a llover, el te dejo de querer,
ya no es tu príncipe, ese cuentito lo devoro hace años, se ha vuelto tu enemigo, solo daño
te hace el amor como si esperara ver brillar tus ojos, el ingrato ya no piensa en ceder
manipula un lo siento, quieto, y tu... vuelves a caer.