marzo 28, 2012

Holocausto de insecticida

Como hormigas en un holocausto de insecticida
se extinguen los deseos de mi en ti
y no se si sentirme semi-dios por ser yo el causal de muerte
 o semi-esclavo de tus encantos y tu el verdugo que ha desembocado esta pandemia
esta lluvia ácida, que aumenta el lodo y anega mi esperanza y voluntad
niegame todo lo que quieras, se que nos volveremos a encontrar.

marzo 26, 2012

ÚLTIMAMENTE

Cada vez que paso por ahí, en la esquinita de Macul,
ahí... si ahí, en el paradero hacia San Luis
recuerdo el dia en que fuiste a buscarme con Homero.
Pusiste en mis manos su correa, comenzamos a andar y recuerdo él me guiaba, rapido y yo, sin objecion alguna, me deje a merced de su voluntad...
Sabia el camino a casa, tu casa
(y me lo arrebataste de las manos).

Últimamente me pregunto si te extrañara como yo lo hago
si te buscara a la hora del desayuno
si mirara hacia la dirección en que te vio partir...
¿Aun esperara por ti?
¿O es que quizás también ha echado la cabeza entre las patas en señal de resignación?
¿Creerá también que le has olvidado?.

 (sé que esta bien y sé que como yo, te sigue amando)

marzo 16, 2012

Combustiones pre-otoñales

Inhalando el perfume de los esmaltes, casi como si fuese esencia de Láudano,
las aletas de la nariz se expanden, me lleva al ensueño como el Cloroformo.
Se manchan mis dedos, arco iris como escapularios por las calles de Santiago,
imagino en cada una de sus puertas la fiebre del fuego del sol de otoño...
escurriendo matices rojos; Las brochas me arden, se mecen y gritan, sangran
aúllan como queriendo destruir el himen de la clandestinidad de la noche,
la pureza casi sepulcral del cemento implacablemente ajeno, permanentemente mio, mio, solo mio;
Y lo reclamo, como un niño hambriento de pecho empino un cerveza mientras las pieles me escurren como el agua y las luces verdirojas me espantan como el ajenjo...
Con las ropas manchadas, arrastro los pies por el asfalto, camino a casa.

marzo 15, 2012

Entre tú y mi niñez (necesidad)

NECESITO: 
papel, calles, pinturas a latas, fuego, humo y cerveza
libros, lapices, música, viento, barro y lluvia
panes con queso, sal del mar de Isla Negra y la casa en San Luis
el gato extinguido, las noches rascándome la espalda
el árbol que le gustaba a mi abuelo, la leche con plátano y la torta de piña de viña
los días en el ballet del Santa Ana y el día en que pretendiste enseñarme ska
y tiempo, tiempo al tiempo, abstinencia y soledad
una llamada, una, y tu cuerpo en mi cama.

marzo 11, 2012

El cuerpo

Mi cuerpo como un ente ageno, fuera de tu cuerpo.
La garganta del cuerpo aun pide agua, comida después de un sonar de tripas
aun pica al contacto del pasto, el sexo aun se humedece
aun caga, suda y se estremece al contacto del frío...
Devora cigarrillos, al cuerpo le pareciera saborear en ellos tu lengua,
¿alguna vez le viste fumar?.
Sigue fluyendole el sudor como si fuese néctar de durazno,
sigue sangrando con sabor a pizza
y el "Canto del macho anciano" retumba en los oídos del cuerpo como los últimos gemidos.
Al cuerpo le gusta las proximidad de otros cuerpos,
a su lengua, la humedad de otras lenguas,
a su sexo, el contacto de otros sexos.
El cuerpo aun te llama, aun siente ansiedad, el cuerpo lucha junto el "corazón" en contra de la mente
en contra de la "razón", en contra de tu palabra y la mía, el cuerpo lucha contra mi.
El cuerpo se estremece, se retuerce y estira los brazos, chilla cuando de su boca (como canal de la mente y la razón) surge un irrevocable "NO", de su boca y también de la de tu cuerpo.
El cuerpo también te odia, odia la distancia de tu cuerpo,
y odia tu cuerpo también porque recuerda que fueron uno
el cuerpo te odia, porque aun te ama, y de la boca de tu cuerpo ha surgido un irrevocable "NO".

marzo 08, 2012

Casas bajo Pataguas.

Hoy, después de tantas horas de sueño he recordado que el pan untado en vino no quita el hambre
y que bajo las pataguas no se puede construir una casa...
He visto después de tanto tiempo aquel árbol de grandes hojas, ese donde te prometí tantas cosas
y he revolcado mi cuerpo en el cemento junto a la parcelita donde en el tiempo primero, miramos el sol.
Hoy, después de tanto tiempo, he comprendido que no soy yo.
(y he querido morir)
He alucinado con la idea de lanzarme al caudal del mapocho, ahi, entre olores a mierda y pez amortajado,
me han ardido las ganas con la idea de arrancarme las venas , dejar que me fluya la vida como me fluye la espera, colgarme del árbol (ese mismo de las grandes hojas) luego renacer como la hierva.
Habladurías vanas, el morir limitaría las posibilidades de volvernos a encontrar.